Carta a Dios
(Homenaje
para aquellos que lucharán por la luz y la existencia)
Desde
mi infinita ignorancia teologal, tengo preguntas que atormentan a mi alma
inmortal, que es la energía vital que anima la misma existencia.
Desde el mismo momento en que me dijeron por vez primera que
desde antes de nacer estoy marcado eternamente por el pecado original.
Un
pecado que aprendí que existe desde que tomo conciencia a través
de
las palabras escritas por ti, adjudicadas a un Padre bueno y amoroso, pero
interpretadas por un hombre como yo, manchado por ese pecado original que a
través de ingeniosas palabras secretas y pociones mágicas, desaparece ese mismo
sentido de culpa, por algo que no cometí, porque no tenía existencia, ni manera
de haber cometido ese delito de nacimiento.
Hombres
como yo, han tomado mi iglesia, han establecido normas para unos y otros, y que
aplican discrecionalmente, según el pecador, que también son ellos.
Tu
palabra me ha enseñado que la verdadera revolución del hombre, es contra el
mal, que existe realmente y que no hemos sabido como atacar, porque nos abrazan
cadenas de pecado y de culpa, no tenemos las herramientas necesarias para
combatir al mal desde la trinchera individual de cada hombre.
No bastan las palabras para esta lucha desigual. Necesitamos
la esperanza.
Cuando
en el confesionario se escuchan las palabras, “yo te absuelvo en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”…
sin
saber quién es ese extraño hechicero que ha logrado romper la cadena que me ata
al mal para regresarme al camino del bien, con solo esas palabras mágicas,
entendiendo que tú mismo les has dado este poder terrenal de atar y desatar en
la tierra.
Como
ser humano, desde la Torre de Babel, se han creado religiones que hablan de ti
mismo, pero con distintos libretos para cada religión, sin entender que la
lucha es entre el bien y el mal, desde el origen.
Y
hemos luchado fratricidamente para ver quién tiene la razón o quién es el
verdadero intérprete de tu palabra Dios, sin saber que la verdad está ahí
afuera y el enemigo no es humano, sino una fuerza energética, el mal, la
ausencia de la luz, que se apodera del alma inmortal e infinita para nutrirse
con energía.
Y
en cada religión, existen estos hechiceros que se adueñan de la palabra, de tu
palabra, para interpretarla, reescribir tus ideas originales y esto nos ha
perdido.
Porque nos han creado una gran confusión existencial de
luchar cada día cargando a cuestas el pecado original, causado por el mal que
ataca desde el inicio de todo al ser humano por venganza contra ti, de los
ángeles caídos.
No
tengo las armas para combatir al mal, al real mal que acecha en cada momento al
hombre, al mal que existe desde la caída de los ángeles, rebeldes a servirte a
ti.
He
conocido que el infierno es la ausencia eterna de ti, Dios.
Sé
que este estado, es perderse eternamente de tu promesa de esperanza, de la
redención y del amor.
Para
aquellos que se han visto privados de la bondad de Dios, el infierno existe en
cualquier lugar y no hay esperanza.
¿Por
qué decidiste esta lucha desigual entre ángeles y hombres de carne y hueso?
¿Qué
debemos probar como especie humana para verte eternamente?
Estamos
en desventaja porque con el libre albedrío, nos diste un arma para suicidarnos
sin saber cómo usarla, y con esta palabra "libre albedrío".... se
justifica el accionar del hombre y de que solo el hombre es culpable de sus
actos; pero detrás de estos mismos actos esta ese libre albedrío que nos diste;
y entonces, nos volvemos personas 'non gratas"... a tu mirada; porque no
hemos sabido utilizar esta libertad de acciones para congraciarnos contigo y
seguimos inmersos en este remolino que nos arrastra cada vez más a la
aniquilación del ser mismo.
Por
este pecado original que tengo desde antes de nacer.
¿Necesitaste
"matar" este pecado original con un asesinato de tu propio hijo?
Se necesitó pagar sangre con sangre para borrar un pecado
que seres de tu creación, hombres que no sabían nada de nada, mas que, según
tus propias palabras, ejercer la libertad de estar en el paraíso y solo no
tocar la fruta de un árbol, y creando con esto, la inquietud humana de
conocer...
Si
es así, ¿para qué dejar que el mal exista desde el inicio?
Ese
mal que obra contra el hombre mismo, en una lucha desigual, donde el hombre
pone su gran estupidez en juego contra las hordas de ángeles rebeldes, mas
grandes que el propio hombre, mas armados, con más elementos de libre albedrío.
Los
creaste superiores al hombre.
¿Para
que una lucha tan desigual desde el mismo momento de la creación?
¿O
es acaso que las instrucciones de cómo luchar contra el mal original, las hemos
malinterpretado?
Porque no nos han sabido decir de que se trata todo esto.
Estamos
solos, con el libre albedrío y una lucha sin fin de religiones y palabras
divinas y adjudicadas a ti mismo.
El
mal original que pierde al ser humano, es el egoísmo.
El
querer saber más que tu, e igualarnos a ti, razón por la que expulsaste a los
ángeles rebeldes.
Reconozco
que existe el bien y el mal como fuerzas antagónicas presentes y actuantes;
reconozco
que tu palabra, si hombres con poco entendimiento las han sabido interpretar
correctamente, es verdad, porque está escrita por ti mismo para darnos cierta
ayuda en esta lucha tan desigual entre ángeles y hombres y si esto es cierto,
en tu palabra está escrito el manual de combate.
El
manual de cómo defendernos como raza humana en esta lucha contra el mal, que existe
y gana adeptos cada día más, con la desesperanza, la desilusión, el hambre, la
mentira, la usura, el egoísmo, la falta de conciencia acerca de las cosas que
nos pueden llevar a no seguir a estos ángeles rebeldes y así, no alejarnos de
ti.
Porque
la verdadera lucha existente, este combate de desiguales, la vamos perdiendo
por falta de hombres sencillos, hombres libres que estén dispuestos a luchar en
una batalla perdida desde el inicio y que solo la voluntad del ser humano,
puede cambiar al final de los tiempos.
Hoy
existen grupos de resistencia en esta lucha, verdaderos hombres de buena
voluntad dispuestos a dar la batalla y no dejar que el mal gane.
Existen
grupos de resistencia armados solo con valor, voluntad, fe, iluminación y la
libertad espiritual de saber que no nos dejarás solos en esta batalla final;
existen estos grupos de seres humanos buscando la libertad de conciencia y
buscando este manual de combate contra el mal existente.
Tu
hijo dijo: "La verdad os hará
libres"...
Entonces
estos grupos de resistencia humana están buscando esta verdad original que nos
libere del mal que nos acecha y preparando la batalla final contra este mal que
nos aniquila y nos lleva al suicidio del ser humano en cada momento de la
existencia.
Estamos
por dar la batalla de toda la eternidad, la gran lucha de la luz contra la
obscuridad.
La
batalla entre el bien y el mal.
La
batalla entre seres humanos contra seres obscuros, venidos desde otros lugares
y otros tiempos; llenos de ira porque no tendrán la oportunidad, jamás de ver
tu rostro.
Porque su egoísmo es tal, que se creen iguales a ti.
Y
esa ha sido su perdición desde el inicio del tiempo. Y han hecho de nosotros
sus enemigos mortales. Y nos roban el alma en esta lucha. La energía inmortal.
Si
el alma infinita es energía vital, la lucha es por el alma, y el mal lo que
busca es alejarnos de los alimentos de esta energía vital, alejarnos de buscar
en nosotros mismos estas armas y estas defensas contra el mal.
Porque
con cada nueva "invención" humana, nos alejamos de la meditación, de
la oración porque hemos creado los distractores para no estar con nosotros
mismos jamás;
¿Será
porque es más fácil alejarnos de la conciencia propia con distractores externos
como la fruta de ese árbol prohibido en el paraíso?
¿Y por esa estupidez y falta de voluntad nos acercamos a las
cosas que nos alejan cada día de nuestra conciencia y nuestra alma?
Este
libre albedrío es el motor en que cada día experimentamos y generamos nuevas
experiencias, pero que no sabemos hacia dónde vamos, ni de dónde venimos, no
sabemos cómo actuar, como defendernos, como salir adelante y vivimos cada día
esperando que pase el siguiente día, como tantos de los seres de la creación,
porque no hemos sabido utilizar esta oportunidad de crecer energéticamente,
tener este crecimiento del alma en esta vida, porque desde el inicio, no
sabemos las instrucciones originales del juego y si las dejaste claras, hemos
sido lo suficientemente estúpidos para perder el instructivo.
Por
eso, en esta carta expreso lo que pienso y pidiéndote nos des la oportunidad de
saber más acerca de todo.
Ayúdanos
a acercarnos, con este libre albedrío, a la verdad; a esta misma verdad que nos
hará libres, para poder tener las armas adecuadas en la batalla final.
Somos
simplemente hombres mortales, no inmortales desde la expulsión del paraíso, en
una lucha desigual, contra ángeles, que portan más armas que nosotros y el
rencor de no verte nunca más.
¿Por
eso atacan a tu creación?
¿Para
aniquilar totalmente al hombre y tener un lugar, esta Tierra, como refugio para
seguir una lucha contra seres más débiles que ellos?
¿Es
así como no te enfrentan porque eres Dios?
¿En
lugares del vasto universo, en donde se pueden apoderar de la energía vital del
alma?
Pero
si buscan aniquilar a tus creaturas, a tu creación, a estos seres hechos
"a tu imagen y semejanza"...
¿Es
así, que al acabarnos a nosotros es como sueñan que acaban contigo?
Danos
las armas de la voluntad, de la esperanza, de la palabra de que todo tiene
significado y luchamos una batalla que podemos ganar solo con las armas dadas
desde el inicio y si es que somos tu imagen y semejanza, entonces las armas
para esta lucha están con nosotros desde el inicio del tiempo y no las hemos
sabido encontrar, usar, aprender a salir
adelante por la voluntad y la razón, porque siempre hemos tenido el estorbo del
pecado original y de esta lucha que nos aleja cada día de ti, para buscar las
cosas básicas que este cuerpo mortal, en esta existencia limitada necesita para
poder seguir subsistiendo.
Oración para la Batalla
Escúchame Señor y
prepáreme para la batalla,
olvida mis injurias
contra ti y mis hermanos,
y dame la voluntad en
este día,
para saber que lucho por
mis hermanos, por ti y para ti.
Ayúdame a entender que
tus enemigos son mis enemigos
y salir adelante en cada
paso
para traer de nuevo la
luz y el bien
y que todo lo hacemos
este día
para tu gloria eterna.
Hoy en la batalla, dame
la fuerza,
la voluntad,
el honor
y la libertad,
para ver el sentido del
bien que hacemos,
al defender a mi raza
contra el mal que acecha.
Y si caigo,
llévame a la luz,
no me dejes caer en la
obscuridad.
Quiero verte eternamente
Dios mío.
Amén
Autor:
Manuel Villarreal