Hoy y después mañana
Si supiera que el mundo
se acaba mañana,
yo, hoy todavía,
plantaría un árbol.
Martin Luther King
Hola otra vez.
Después de un exilio
autoimpuesto, he regresado a compartir ideas acerca de lo que está sucediendo
realmente.
Como lo mencionaba Khalil
Gibran, “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar
entre las nubes”.
Cuantos han caído
añorando la libertad, libertad que no está definida totalmente, por eso no la
encontramos, solo la soñamos y nos acomodamos a sus múltiples sinónimos...
Pero la libertad
ha sido escurridiza al ser humano desde la caída del Edén.
Esa búsqueda de la
libertad, ha ocasionado guerras y revoluciones pero este "gen
belicoso" que conserva el hombre desde la caída, es el que ha engendrado a
Caín, pero también a Stalin, Hitler, al poder norteamericano que con su
omnipotente dólar ha corrompido al hombre como la serpiente a Eva.
Así, el ser humano
despojado del bien natural, se ha enfrascado en una lucha permanente por la
libertad, sin saber su significado real ni entender a plenitud el libre
albedrío.
La libertad es el
hombre y su felicidad; y la felicidad definida como la lucha interna por
evolucionar y aprender que "los talentos" que tenemos cada uno, es la
medida de crecer y desarrollar la propia existencia para evolucionar.
Evolucionar hacia
la libertad y el deseo del amor, el amor que hace que en cada ser, se refleje y
aprenda que el acto del amor es el acto del dar.
Y el acto del dar,
el darse, no reconoce de izquierda o derecha, solo reconoce el bien del mal.
Así el hombre ha
vivido errado en buscar lo material como lo correcto.
En buscar lo
material sobre el dar.
Buscamos lo
intrascendente y dejamos de lado el alma, lo trascendente, lo que jamás muere.
Esa energía vital,
que no se crea ni se destruye...solo se transforma, que una vez liberada al
infinito, se recrea en sí misma para evolucionar.
Esta es la misión
del ser humano, aprender para evolucionar al darse, al amar, al entregarse a la
libertad del ser, que está en cada uno de nosotros, pero hay gente que no ha
evolucionado porque no ha aprendido a darse...
o a amar...
o a entender el
porqué estamos aquí y el fin de la vida misma...
Ama.
Busca la verdad y defiéndela
siempre, a pesar de que todos a tu alrededor estén sumergidos en el mundo de
las mentiras.
No estás solo.
Somos la
Resistencia del ser humano contra la obscuridad.
Es necesario esperar,
aunque la esperanza haya de
verse siempre frustrada,
pues la esperanza misma
constituye una dicha,
y sus fracasos, por frecuentes
que sean,
son menos horribles que su
extinción.
Samuel Johnson
Autor: Manuel Villarreal